El poder psicológico detrás de las supersticiones

Todos las conocemos, todos las hemos visto e inclusive algunos de nosotros hemos caído en ellas alguna vez; las supersticiones forman parte de nuestra vida y de nuestra cultura. Este es un tema bastante controvertido en el que cada quien tiene una opinión diferente sobre la veracidad de estos procedimientos. Una de las grandes polémicas acá está en la pregunta sobre si la suerte existe, aunque ese no es el tema que vamos a abordar hoy.

Las supersticiones básicamente son esas cábalas, rituales o procedimientos que realizamos con la idea de conseguir suerte en un determinado evento, así que si eres supersticioso es posible que hagas algunas técnicas antes de apostar en Legolas Bet o de que empiece el partido de tu equipo favorito y transmitirles suerte.

Las supersticiones a las que más se recurren

Estas son muy variadas, desde no pasar por debajo de escaleras hasta evitar en lo posible los gatos negros, pasando por tocar madera. Muchas de ellas tienen su origen en el desconocimiento; por lo general esto comenzó en la antigüedad cuando se daba explicaciones que no tenían bases científicas a hechos de la vida cotidiana. También esto se mezcla con la falta de conocimiento y de pensamiento racional del individuo en cuestión, por ejemplo, si caminas debajo de una escalera y ese día te ocurre algo malo vas a asociar erróneamente un hecho con otro y vas a reforzar tu creencia en la superstición en sí.

Ahora, naturalmente surgen varias preguntas, una de ellas es si las supersticiones son malas por sí mismas; la respuesta va a depender de la manera de ver la vida de quien se lo pregunte. Muy probablemente si eres una persona muy espiritual con creencias en este tipo de cosas muy arraigadas vas a considerarlas como algo normal. Nosotros como espectadores neutrales consideramos que son inofensivas siempre y cuando no hagan daño ni afecten ningún aspecto importante de la vida.

¿Son útiles?

Pero una de las cuestiones más curiosas que surge es sobre si las supersticiones pueden aportar algo positivo a nuestra vida. Por más descabellado que suene, la respuesta es que puede ser que sí dependiendo del caso.

Evidentemente su efecto en lo físico es absolutamente nulo, es imposible que tocar madera haga que tu nuevo proyecto sea completamente exitoso. No obstante sí que puedes tener un resultado interesante a nivel psicológico; pues te puedes convencer a ti mismo de que la suerte está a tu favor y de que es muy probable que tengas éxito.

Esto puede beneficiarte o perjudicarte dependiendo de tu personalidad, pues si eres de las personas que les gusta tener todo bajo control y que no se siente cómoda trabajando “a la deriva” probablemente te afecte negativamente, debido a que si te encuentras de frente con la adversidad vas a pensar que la suerte está en tu contra o que la fortuna no te sonríe en ese momento y puedes entrar en un bucle dañino que te hará perder la confianza.

No obstante, el efecto positivo que puede tener este tipo de situaciones es tal, que los deportistas la utilizan para ser exitosos. Más allá de ser supersticiones son rituales o cábalas que ayudan a generar un ambiente óptimo para un buen rendimiento; por ejemplo Rafael Nadal coloca las etiquetas de las botellas de agua o bebidas isotónicas hacia un mismo sitio solamente para generar confianza y poder entrar en su zona de confort.